LA PASIÓN DEL FÚTBOL

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Fortress Anfield

Se repitió la historia, sólo hubo más drama. Hace dos años eran casi los mismos semifinalistas: El casi todopoderoso Chelsea de Mourinho, el entonces visto como underdog Liverpool de Benítez, el siempre presente Milan de Ancelotti y el realmente underdog PSV de Hiddink. En Stamford Bridge no pasó nada, y en Anfield un gol de Luis García que permanecerá en la polémica (como el de Inglaterra en la final del mundial de 1966) llevó a los reds hasta Estambul. No ahondo en detalles de esa final, es superfluo, remito al lector a pensar en las piernas temblando de Jerzy Dudek, en la cara de Shevchenko después de cobrar el penal, y en los doce minutos en los que Gerrard, Šmicer y Xabi Alonso remontaron una goleada.

Hoy se definía el primer equipo para luchar por la orejona en el Olímpico de Atenas. Los de Mourinho venían con ese gol de ventaja (cortesía de Joe Cole y de un genial pase de Drogba), pero todos sabíamos que Anfield es algo distinto. La atmósfera de The Kop intimida a cualquiera, así tenga la experiencia de varias Premier o varias finales de Mundial. Y los equipos estaban armados para una batalla:

Liverpool Reina. Finnan, Agger, Carragher, Riise. Mascherano, Gerrard, Zenden, Pennant. Crouch, Kuyt.
Chelsea Cech. Ferreira, Essien, Terry, Ashley Cole. Mikel, Makelele, Lampard, Joe Cole, Kalou. Drogba.

Mientras Pennant y Ashley Cole labraban su propia contienda (casi siempre con victoria para el red), Mascherano corría de un lado para otro, demostrando a todos los que dudaban de su contratación (gracias a la mediocre campaña del West Ham) que estaban equivocados. Gerrard siguió siendo, como siempre, el motor del equipo, y Carragher comandaba la defensa red que detenía los intentos de la ofensiva blue. Por el lado del Chelsea, Kalou no apareció en el partido, Ballack hacía demasiada falta (porque las ideas en el campo no las proporcionaron ni Lampard ni Joe Cole), y los intentos de Drogba eran cortados por una escalonada defensa. Si no iba Finnan, iba Agger, o Carragher o Riise o el mismo Reina, quien poco a poco se erigía en figura.

Tiro libre en el minuto 22. Todos pensaban que Gerrard lo pondría en la cabeza de Crouch o de alguno de los defensores. En vez de eso, y en una clásica jugada de laboratorio, el capitán la pasa al danés Agger, quien tira al arco sin dudarlo, desconcertando a la defensa del Chelsea y a un Cech que apenas la ve pasar.

Trámite rápido. Reina tapaba los remates de los blues, Cech hacía lo propio con las oportunidades de Kuyt, Gerrard y Crouch. Mourinho, sentado sin hacer nada. Benítez, gritando como un mariscal a sus soldados. Anfield gritaba cuando la tenía algún jugador vestido de rojo, cuando los azules tenían la pelota un abucheo ensordecedor inundaba el legendario estadio. Los once titulares siguieron así hasta que el estratega español cambia a Pennant por un experimentado Xabi Alonso que permitió a Gerrard atacar aún más la defensa del Chelsea, donde Terry intentaba cortar los pases de Mascherano y Zenden, mientras Essien suplía casi a la perfección el puesto que el lesionado Ricardo Carvalho había dejado. Todo pintaba para tiempo suplementario. Treinta minutos más de juego, piernas cansadas, seguros calambres y cinco cambios todavía en remojo.

Como era de esperarse, tanto Mourinho como Benítez movieron sus fichas para el tiempo extra. Salió Joe Cole por un Robben que acusó el tiempo de paro durante los treinta minutos, y Benítez cambió a un Crouch que no tuvo casi oportunidades por el polémico pero rápido Craig Bellamy. El intrascendente Kalou dejó su puesto para un joven y peligroso Wright-Phillips, quien inyectó la velocidad que el Chelsea necesitaba y dio un nuevo aire al ataque blue, con tiros que paraban casi siempre en las manos del cada vez más imponente Pepe Reina. Ya no se pensaba en un gol en el tiempo suplementario, cuando Kuyt (quien no ha anotado ningún gol en esta Champions) anota, pero el juez de línea considera que el ariete holandés se encontraba en posición adelantada. Ahora lo importante son los tiros desde los doce pasos, donde pesa más la experiencia que la calidad. Makelele deja su puesto para que entre Geremi (cambio común desde los tiempos en los que ambos jugadores compartían posición en el Real Madrid), sale Mascherano (de excelente actuación) y entra Robbie Fowler. Anfield estalla por los aplausos al argentino y por ver, al fin, a "God" en una semifinal de Champions. Algunos ataques van y vienen, el checo y el español continúan con su desfile de atajadas, esperando al silbato del polémico Mejuto González.

Los dos técnicos salen con sus cuadernos de apuntes. Y la experiencia comienza a pesar, así como la hinchada. Aun cuando los disparos no fueron hechos delante de la temida Kop, los cuarenta mil hinchas del Liverpool gritaban esperando una repetición de la épica de Estambul, una repetición que los llevara al otro lado del Mar Egeo. Zenden comienza la tanda. El veterano mediocampista holandés (que ha tenido que ver a su equipo jugar contra todos sus antiguos clubes en la ronda eliminatoria -Barcelona, PSV y Chelsea-) dispara hacia la derecha mientras Cech va a la izquierda. Luego el joven Robben acusa su juventud ante un Pepe Reina que demuestra, como en la final de la FA Cup del 2006, su calidad a la hora de los tiros desde el punto blanco. Xabi Alonso en el área grande. Un tiro rastrero, fuerte, que no puede tapar el arquero blue. Lampard, quien había fallado un tiro penal en aquel partido contra los portugueses en Gelsenkirchen, anota el primer penal para los de Mourinho. El capitán Gerrard continúa la serie, con un tiro que deja a Cech mirando nada más. Luego Geremi, con un tiro que erige a Reina como la figura del partido, así como Dudek se erigió en figura durante el partido en el Atatürk. Todo queda en los pies de Kuyt. El ex-Feyenoord, si bien jugaba su primera semifinal de Champions, pateó el balón con fuerza hacia la parte baja del arco, un tiro que valía oro.

Los reds se encaminan hacia Atenas. El Spyros Louis espera a los de Benítez para un partido que, a todas luces, es un clásico. No sólo por ser final de Champions, sino por los rivales que pueden tener Gerrard y compañía. O el Manchester (el eterno rival, los casi seguros campeones de la Premier y que esperan repetir la hazaña de 1999), o el Milan (en busca de la revancha después de aquella derrota en Turquía). No lo sé. Sólo espero que, como hace dos años, Gerrard levante la orejona de nuevo, y Benítez se consagre como lo que es: El mejor técnico actualmente.

5 Contragolpes a “Fortress Anfield”

  1. # Anonymous Anónimo

    Juemadre, sí que me hizo sufrir ese partido. Ojalá Mourinho hubiera hecho algún cambio antes para ver si se podía empatar el partido, pero se quedó ahí postrado, como si de antemano hubiese aceptado su derrota. Bah.
    Y de todas formas creo que el Chelsea merecía perder (aunque yo no lo quisiera) porque el gol de Kuyt era perfectamente válido. Al menos el karma ese que llaman, le dejó cobrar el penal de la victoria a ese man.

    Yo, lo único que quiero de esta Champions es que el Milan no la gane. Eso sería una aberración gigante y quizás dejaría de ver fútbol por un tiempo debido al posible desliz de la humanidad.  

  2. # Blogger nomeacuerdo

    Es que si el milan la gana, es darle una bofetada en la cara a aquél que alguna vez dijo "El crimen no paga".

    Chelsea tuvo todas las de ganar, pero con Robben sentado tanto tiempo en el banco, estaba como difícil. Y pensando lo contrario, ni falta hizo Ballack. Antes el que hubiera ayudado mas ahi hubiera sido Sheva. Ya que pasó Liverpool, me dedico a lo mio, que es hacerle fuerza al Manchester.  

  3. # Blogger Juan

    Vamos Liverpool! Y qué alegría ver a Mascherano jugando otra vez como en River, no se podía dejar a un jugador así en un equipo tan mediocre como el West Ham... Y ojalá el pool vuelva a ganarle al Milan (forza Juve, jeje).
    Muy buena reseña del partido, y de acuerdo, Benítez es un excelente técnico.  

  4. # Blogger Juan Felipe Chamorro

    Yo personalmente espero que se repita la final de Estambul... y pues, que se repita el campeón.

    Qué bien que hayan vuelto a dejar mamando a Mourinho, a quien el Chelsea le ha pagado un huevo de plata sólo para que levante la orejona... jejejeje  

  5. # Blogger Mr Brightside

    Yo creo que la actitud de Mourinho es el principal indicio de que se va.

    Y ese gol fue una derrota en la querella entrenador - entrenador. A un Chelsea que se jacta del orden táctico y defensivo le anotaron con el truco más viejo del libro. jojojo

    Nada que hacer, Liverscum se la trae en Europa. Felicidades scousers.

    A ver si el otro año por fin nos ganan o al menos nos anotan. No olviden marcar a Rio.  

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