LA PASIÓN DEL FÚTBOL

Escritores con Pasión, futbolistas mediocres. Todo eso y más aquí.


El fútbol, en tres sencillas partes.

1) We went, we came, we WON.
Fue el Arsenal a Old Trafford hace unas tres semanas con un único objetivo: no perder. Fallaron miserablemente y los siempre bien puestos y decorosos muchachos del Manchester United lograron ganar 1-0 con un gol que anotó O’Shea al minuto 17 para convertir un potencial partido de fútbol en 73 minutos de nada.
Mientras tanto iba el Chelsea al Nou Camp con una consigna similar, pero con un grito de batalla ligeramente diferente: colgarse de cualquier palo posible. El partido, de los más somníferos de la temporada de Champions League 2008-2009, terminó 0-0 y con celebración de los muchachos de Stamford Bridge, que creían que haber evitado al Barcelona anotar en su cancha era una ventaja (pero no lo era, cualquier empata con goles en la vuelta clasificaba al Barça)
Entonces los monumentos a las buenas costumbres que dirige Alex Fergusson tuvieron que aterrizar en Londres y romperle el corazón a los miles de Gooners que asistieron al Emirates Stadium a ver al equipo de su majestad, la mujer decrépita, eh, digo, la reina, puesto que el United logró dos goles tempraneros (uno por error del pobre y joven lateral Gibbs, que también es algo torpe y se resbaló para que Park pudiese aprovechar al minuto 8; y otro porque a Almunia no le dio la gana de parar bien a la barrera ante un tiro libre de Cristiano Llorando al minuto 11) que llenaron a los Gunners de angustia, desazón y desesperanza. Infinita tristeza que no pudo hacer más que quedarse en depresión profunda con inicios de embates Emo. Por algo compartirán colores con Santafé. El Manchester se metió atrás y el Arsenal, aunque parecía por breves momentos querer atacar, hizo lo mismo, dando gloriosas muestras del fútbol de los Simpsons. Pero el Machete, ¿qué le va a hacer uno? Tiene mejores jugadores y lo cierto es que después de jugadota entre Park, Cronaldo y Rooney, remató el portugués al minuto 61, y el equipo de aquella fea ciudad dejó a los londinenses sumidos en la desidia. Luego vino la falta de Fletcher que fue, pero que no fue, pero que si mira por esta cámara sí fue y que, si Dios es grande y bueno, todos sabemos que no fue, que expulsó al jugador de los Red Devils y que le dio al Arsenal un Penalty que, al minuto 76, Van Persie convirtió en la única emoción local de todo el partido. Quedaron unos 70 minutos de nada repartidos entre aquí y allá que terminaron con el campeón defensor de la Champions clasificándose a su segunda final consecutiva del torneo y podría ganar su cuarta copa a la vez que consiguen su segundo “trébol”. Alá no quiera que defiendan su corona.
Pero entonces, la magia azul (y el dinero ruso) de Stamfrod Bridge recibía a la “filarmónica de Pep”. Pep Guardiola, quiero decir, el entrenador de un Barça que en los días anteriores había clasificado a la final de la Copa del Rey (que ya ganó, por cierto) y que le había ganado a su más odiado rival, el Real Madrid, 2-6 en el Bernabeu. Nada mal. Pero la orquesta estaba desafinada al no poder contar con lo violines principales Henry (Lesionado por ser tan guapo) ni Puyol (suspendido por lo contrario), ni Messi (que estaba en la cancha, pero nadie se dio cuenta) y tuvo que encontrarse de frente con un Chelsea que en este partido tuvo una filosofía diametralmente opuesta a la del partido de ida: “Los Blues” quisieron jugar fútbol y, con eso, quiero decir que salieron a anotar un gol. Y no se demoraron. Al minuto 9, el “Gato Montés” Essien agarró un balón afuera del área y se hizo Señor GO-LA-ZO, tan bueno que me hizo cantar en inglés, a pesar de estar rodeado de pseudo-culés (sí, yo soy pseudo-blue, ¿y qué?). Entonces comenzó la marcha contra la música, porque el Barcelona no jugaba a nada y el Chelsea atacaba de todas las maneras que podía, con oportunidades desperdiciadas por Lampard, Essien, Drogba y Nicolás “El Camello Serna” Anelka, que dolieron tanto en el momento como después. Pero, para seguir hablando de este partido, tenemos que destacar a la figura indiscutible del segundo tiempo: el árbitro Tom Henning Øvrebø, hombre del partido que decidió no pitarle tiros libres que podrían haber sido decisivos al Barcelona, no cobran dos penales claros a favor del Chelsea, expulsar al culé Abdal al minuto 61 por cometer el pecado de estar cerca al torpe de Anelka que una vez más había resbalado sólo y hasta cobrar los laterales para el lado que no era. Claro que tampoco hay que olvidar a Hiddink que, al minuto 72, decidió sacar a Drogba, que parecía estar lesionado y meter a Giuliano Belletti que, si bien es un gran jugador, es un defensa. Quiero decir, Gus decidió “matar” el partido 18 minutos antes de que acabara. Cobarde. En cualquier caso, todo parecía indicar que era un partido agitado que terminaría en una reedición de la final del año pasado, cuando Iniesta (MALDITASEA!) agarra un balón similar al del primer gol de Essien y logra empatar en tiempo de descuento para darle una celebración eufórica a todo el equipo del Barcelona y a todos, todos, maldinga sea, las personas que estaban a mi alrededor. ¿Se acuerdan que les había dicho que el empate con goles no le servía al Chelsea? Bueno, pues los otros londinenses salieron todos a buscar el desempate y, en uno de esos centros apurados un defensa del Barcelona pareció parar el balón con su brazo, causando que Ballack (uhh, ayer me soñé que iba a las fiestas de Ibagué y me regalaba una cerveza Franziskaner, eso debe ser lo que llaman “trauma”) correteara al árbitro noruego por cincuenta metros, aleteando y alegando por lo que consideraba una nueva injusticia. El partido, sin embargo, terminó empatado a 1 y el Barcelona buscara su tercera Copa de Europa, ejem, Champions League, también como su propio “trébol”.

¿Ya sabía usted todo esto? ¿Entonces por qué demonios leyó hasta aquí?
Gente loca. Lo que sí le digo es que ahora siguen noticias más frescas, keep on!

2) Non mentre io viva
Este fin de semana se definieron la mayoría de ligas de Europa, o, al menos, la mayoría de las que importan. En Inglaterra, la última esperanza que nos quedaba a, bueno, a todos, se esfumó cuando el United, después de remontar partido de mitad de semana contra el Wigan de Hugol Rodallega, empató en Old Trafford 0-0 contra, ¡Oh, sorpresa! El Kindergarten de Wegner, uno de los Arsenal más aburridos de la historia, y se hizo inalcanzable en la tabla de puntos. Y hasta aquí el reportaje de la Premier League, porque me parte las bolas. (Ah, Liverpool, Chelsea y Arsenal se aseguraron una nueva Champions, aunque los Blues podrían suplantar a los Scousers en la segunda posición la próxima fecha)
En España, el Real Madrid tenía que hacer lo posible por no dejar escapar al Barcelona en la tabla pero, en partidazo contra el Villarreal, perdieron 3-2 y le dieron el título a su odiado rival de himno bonito. Pero claro, no se escondan. Yo sé que ustedes querían quitarle el honor y el gustico al Barcelona de dar la vuelta después de sus propios resultados. ¡Miserables! El Barcelona, que segura jugó enguayabado al día siguiente, perdió en Palma de Mallorca contra el local 1-2 y, de todas maneras, dio la vuelta y hubo fin de semana de fiesta en Catalunya, que era todo un Clam. Hasta los hinchas del Espanyol celebraron porque le ganaron al subcampeón de la Copa del Rey (que el Barça ganó 4-1 la final, quedándose con su primer título de la temporada), el Athletic de Bilbao 1-0 con penal notablemente dudoso. Que Bom vin, ay!
Y en Italia, ay Italia, el Milan perdió miserablemente de visitante 2-1 contra el Udinese y, al igual que los patanes del Real, le regaló el adelanto del título a su más odiado rival, en este caso, rival de campo también, el Football Club Internazionale Milano. El Ínter, que sí se puso de fiesta, fue y goleó al Siena en San Siro y, cómo no, dio su propia vuelta, llegando a 17 campeonatos italianos de Serie A, los mismos que los odioados rossoneri del AC Berlusconi. Eso sí, le faltan unos cuantos para alcanzar a la Juventus que lleva 27, probablemente la mayoría malhabidos. Pero ya que estamos en la península, hablemos de la Coppa Italia que le ganó en dramática definición por penales la Lazzie a la Sampierdarenese Andrea Doria, o, Sampdoria, en el Olímpico por algo así como 7-5 porque Cassano (que nos hace sufrir a los hinchas romanista hasta estando lejos del equipo) no pudo meter su penal. Pero, oh, que, como en España, para terminar de rematar la semana, el perdedor de la final de la copa también perdió el siguiente partido de liga, en este caso la Sampdoria que, en Firenze, perdió 1-0 en el partido más aburrido del fin de semana contra la Fiorentina, quizás porque los acérrimos rivales, el Genoa, necesitaban desesperadamente que los Viola perdiesen para lograr conseguir un lugar en la Champions o, quizás, en una posibilidad con menos conspiración, porque la Sampdoria juega muy mal y por eso van de 12 en la Liga. Yo qué sé.
Ah, sí, en Deutschland no se ha resuelto cosa alguna, así que no digo cosa alguna al respecto.
Pero ya que estamos en Europa, aprovechemos para hablar de esa cosa maravillosa y bella que tiene el fútbol y que lo hace ser fútbol y no hockey: el descenso.
Sí, sí, sí, porque en Italia el Bari y el Parma –dos equipos de mi simpatía– vuelven a la A y, justo, fíjese usted, sus rivales “clásicos” están en peligro de descender. En la batalla por Emilia Romagna, el Bologna está en el puesto 18 con 33 puntos, a 1 del Torino que tiene, claro 34, y que realmente me gustara que se quedara en Serie A, porque son muy divertidos. El Bologna visita al Chievo Verona del tremendo defensa colombiano Mario Alberto Yepes, candidato al descenso con 37 puntos; y recibe al Catania, candidato hasta hace unas dos fechas, pero ya a salvo con 40 puntos. Mientras tanto, por el lado del derby Pugliese, el Lecce está hundido al fondo de la tabla con míseros 29 puntos (a 5 del Torino, primero que se salva, como ya dije, despistados) y la tiene de pa’rriba recibiendo a la Fiorentina y visitando al Genoa, los dos equipos en franca lucha por lugar en Champions. Entre estos dos, en el puesto 19, quiero decir, está la Reggina con 30 puntos y con planes de visitar el Olímpico para jugar contra la Lazio y de recibir al Siena, dos equipos que, a decir verdad, juegan a nada en el campeonato.
Sí, sabor es lo que hay en esta parte de la tabla, pero no tanto como el sabor que encontramos en el bottom de la Premier League, donde el Newcastle de Alan Shearer hace lo que puede por no ir a los infiernos. Los del equipo de la cerveza más sabrosa conocida por el hombre, créanlo, es cierto, jugaron hace no mucho un partidazo contra otro candidato al descenso, el Middlesbrough y lograron vencerlos 3-1, obteniendo su primera victoria desde Febrero, para delirio de los fanáticos, pero perdieron su siguiente partido 0-1 contra el Fulham (equipo definición de “aburrido”) y sigue al borde de la caída, ubicándose en el puesto 18 con 34 puntos. Lo espera el Aston Villa en Villa Park, mientras que el odiado rival de por ahí cerca, el Sunderland, que tiene 36 puntos en la posición 16, recibe al Chelsea que va con toda; el Increíble Hull (17, con 35, e increíble por lo bien y mal que ha jugado) recibe al ya consagrado Manchester United; el Boro (19, con 32) visita al West Ham y el West Bromwich Albion (20, con 31) le reza a la virgen del Carmen por el milagrito en su visita al Blackburn Rovers.
Y sí, en España también hay descenso, pero a mí me da igual, así que, como special feature, a continuación el descenso en Argentina (¡Woo hoo!):
A falta de 5 partidos para que acabe el torneo de este año, al repechaje, que allá llaman “promoción” van Rosario Central (que divide entre 109 partidos, por el momento, 114 en total) con promedio de 1.165 y San Martín de Tucumán (que divide sólo entre los partidos de una temporada, 33, por ahora, 38 en total) con 1.121; mientras que al descenso directo van las dos Gimnasias. La de La Plata con 1.110 y la de Jujuy con 1.009. En Argentina, donde realmente usan el sistema de promedio y no son unos deficientes matemáticos como nuestros dirigentes, los cálculos se complican un poco pero, para resumir, diremos que las Gimnasias necesitan ganar sus cinco partidos y tener fe, quizás así al menos alcancen a ir a la promoción y que, Central tiene que hacer tres puntos más que Rácing (con 130/109=1.193) y que San Martín, bueno, tiene que ganar a ver qué.

3) En mi tierra sólo hay gloria cuando se baila ______
Y bien, se acabó el torneo regular de la Copa Mustang 2009-I que en unos años va a tener que cambiar su nombre porque el tabaco es nocivo para la salud y no se debería mezclar con el deporte. Y, como suele suceder, el Tolima quedó en los primero puestos, agarrando el liderato ganándole al Junior 1-0 en el Murillo con jugada polémica, pero no dudosa, creo yo, de Wílder Medina (sin relación, creo) y porque ni Chicó pudo ganarle al Cartagena (que, de hecho, le ganó 6-3 en el partidazo de la fecha), ni el Cúcuta pudo ganarle de local a La Equidad, empatando 0-0 en el General Santander. Bueno, el asunto es que Tolima y Junior, primero y segundo, son cabezas de grupo y tienen una suerte de ventaja que les permitirá avanzar a la final en caso de empate en puntos en el liderato de sus respectivos cuadrangulares. Pero no sólo esto, oh no, para intentar cambiar la monotonía de torneos anteriores, la Dimayor decidió hacer un sorteo entre equipos del tercer al octavo lugar para saber en qué endemoniado grupo meterlos, porque el asunto de pares/impares parecía no servir más. Con el viejo método, las cosas habrían quedado así: A: Tolima (1, 32), Cúcuta (3, 31), Cali (5, 29), Envigado (7, 29) y B: Junior (2, 31), Chicó (4, 30), Equidad (6, 29), Once Caldas (8, 28). Pero, con la gloriosa contribución de los próceres de nuestro fútbol, las cosas quedaron así: A: Tolima, Chicó, Equidad, Once Caldas y B: Junior, Cúcuta, Cali, Envigado. Así es, los grupos quedaron iguales, excepto por las cabezas de serie, que cambiaron de un lado para otro, ajá. Pero bueno, me alegra porque el grupo del Tolima implica viajes cortos y, más que nada, un viaje a Bogotá, donde tendré la oportunidad de ver fracasar al glorioso vinotintoyoro en cuadrangulares una vez más, después de un prometedor torneo regular. Y desde ya me alisto par un nuevo berrinche del Senador Camargo porque NOHAYPLATA y no podemos pagar la luz del estadio y todo eso.
Mención especial de este post para el arquero de la Equidad que ayer comentó muy sorondo que el momento más alegre del fútbol es cuando se ahogan los gritos de gol de la hinchada contraria. Saludos para él.


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