LA PASIÓN DEL FÚTBOL

Hermosa decisión la tomada el día de ayer en las horas de la mañana, que consistía en apropincuarse al estadio Nemesio Camacho "El Campín" para ver como el nuevo Deportes Tolima derrotaba al demacrado Independiente Santafé por dos goles a cero. El Tolima se paró con su nuevo equipo resaltado por gran presencia de juveniles y Santafé con un equipo que llamaremos "de reserva", seguramente cuidando a los jugadores más relevantes para los compromisos de Copa Libertadores. El juego comenzó un poco trancado y con pocas llegadas claras. Mientras los jugadores del Tolima comenzabana entenderse, comenzaron a acercarse con más peligro, mientras que su defensa fue en el primer tiempo casi impenetrable para los inseguros atacantes de Santafé. Una estúpida riña causó la expulsión del partido del conductor del equipo pijao, Oscar Briceño, junto con la de algún pelasfustán del Santafé. Un tiro en el travesaño para el Tolima, junto con otros acercamientos no exitosos y algunas llegadas desviadas del equipo cardenal fue el balance del primer tiempo. Llegó el medio tiempo y en un evidente intento por ofender las costumbres del departamento del Tolima en el estadio se sirvieron copiosas cantidades de lechona arrozuda (un masacote desagradable que cualquier buen pijao espinaluno, ibaguereño o chicoralino despreciaría solo al verla). El segundo tiempo comenzó con equipos de a 10, con un cambio en el Tolima de un negrito por otro negrito, un poco más rápido. El conjunto vinotintoyoro salió a atacar desde el primer segundo, guíados por los desbores de Arboleda y Anchico y el instinto goleador de John Charria. No pasaron cinco minutos y John Charria concretó el 0-1 a favor de los Pijaos. El indio, que apoyaba cerca de mi posición gritó el gol al cielo e hizo algún rito extraño para agradecer. Al igual que mis acompañantes y yo que disfrutábamos mientras antiguos especímenes santafereños chirriados blasfemiaban la actuación de su equipo y mientras la barra del Tolima parecía tener más presencia que la del "león adormilado" rojo. Luego vinieron varias oportunidades del Tolima que no pudieron concretarse y algunas muy peligrosas de Santafé, que afortunadamente el arquero Julio y sus defensas lograron resolver sin problemas. Hacia el minuto treinta, quizás, Charria desbordó por izquierda, sacándose a toda la defensa cardenal y definiendo desde un ángulo que parecía imposible, pero Caravalí (¿Carabalí? ¿Carebalín?) fue vencido y el Indio Pijao celebró la segunda conquista de la noche. El Tolima salió por el tercero al ver que el equipo cardenal no reaccionaba y estuvo muy cerca de conseguirlo, pero por cosas de la física y un error de un árbitro de línea, eso no se pudo. Santafé en el segundo tiempo tenía la intención de salir con toda a vencer, pero afortunadamente el Tolima lo ahogó y al parecer David Montoya nació en Chicoral y Nelson Olveira es devoto a San Bonifacio, San Juan y San Pedro, pues estuvieron más que peor. Sin embargo, nuevas ocasiones se crearon para el equipo capitalino, pero la falta de puntería y la buena actuación de Julio mantuvo el arco taparrojero en cero. El árbitro pensaba cobrar un penalty para Santafé hacia el final del juego, pero el juez de línea le hizo notar que la falta cometida había sido fuera del área. El partido finalizó y los tolimenses celebramos, no sin que antes los presidiarios de la Guardia Albi-Roja Sur nos recordaran a nuestras madres, abuelas y tías lejanas a la salida, tirando una que otra porquería desde las escaleras internas del estadio a los pelachivas, pijaos y demás.
Solo queda por decir que me alegra que éste Tolima no se refugie en la defensiva cuando consigue el primer gol, que me parece que la inclusión de tantos juveniles es positiva pues le da velocidad y agilidad al equipo (aunque había uno o dos tronquitos), pero que quizás el profe Bernal debería buscar más delantera y reforzar la conexión entre líneas, signifíquese lo que signifique. Y juemadre, menos mal yo iba de camisa roja!